Moià
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16
de noviembre, 2003
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10ª
de 10
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Texto: Ismael Lobato
Fotos: Carles Requena |
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CAMPEONATO
OPEN DE CATALUNYA
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Trial de Moià
El barro hizo que fuese un trial realmente difícil
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El "Circuit Verd" de Moiá fué el escenario escogido por el Moto Club Area - KM2 para disputar la última prueba del campeonato Open, caracterizado por un nivel asequible y unas zonas donde prevalezca la técnica antes que grandes escalones, para que el piloto pueda disfrutar de una buena jornada de trial.
De nuevo la lluvia irrumpiá en esta carrera dando un golpe de timón a unas zonas, en principio sencillas, pero que el barro complicó de una manera espectacular. Para que nos hagamos una idea de la dificultada añadida por la lluvia, el promedio del ganador, Eduard Vila, en todos los certámenes ha sido de unos 3 puntos en toda la carrera, y este pasado domingo su score acumulado fue de 30 puntos.
Las dos primeras zonas estaban muy cerca del paddock, en el recodo de un pequeño bosque, y los corredores de niveles inferiores empezaron a tener el primer contacto con una sección, la 1, realmente difícil de pasar a cero.
Edu Vila esta vez fue segundo en rojos
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Se arrancaba entre dos árboles, con las ruedas ya embarradas ( parecían más un neumático "slick" de MotoGP que una rueda de tacos), y el primer giro de derechas, entre barro, piedra suelta y un primer escalón, era ya sin duda difícil de superar. A los que andaban más finos en este tipo de terreno, después de superar el primer tramo, debían realizar un giro a izquierdas, con peraltada de la rueda delantera, y empuñar bien el gas para ascender por una regata de barro y lado, la cuál empeoraba cada vez que un corredor se atascaba.
Para los rojos como es normal, era un tanto más complicada, pero la esencia en todas las categorias era lo realmente complicado que es pilotar con tanto barro.
La zona 2, no fué para nada diferente. Por mucho que los corredores se afanaban en quitar el barro de estriberas, ruedas y demás, nada más entrar en la zona, al realizar el primer giro, las ruedas ya estaban de nuevo cubiertas de barro. Los niveles amarillo y azul, después de bordear un pequeño pino, encaraban una regatera, con piedra suelta y les hacía desequilibrar constantemente. Pocos pudieron superarla a cero, era también un poquito de suerte. Expertos debían superar, justo depues del pino, un margen de tierra, y justo arriba, reprender para subir una rampa de tierra, con una piedra final, embarrada, mojada y resbalizada como el hielo.
Raimon
Viñallonga
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Jordi
Yelamos
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El pequeño Alex Bonilla se atreve con las zonas de rojos
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La zona 3 fué para mi gusto una de las más bonitas del recorrido. Estaba ubicada en un riachuelo, entre unos alzinares, repleta de público y gente porque era una sección muy larga. Era precioso andar en el barro, sorteando escalones sin ver nada más que agua marrón, y masas de barro. No a todo el mundo le gustó esto, claro está, pero esta es la dura vida de la competición, y había que meterse sin más. Para los Rojos, fue junto con la 6 y la 7 de las zonas mas selectivas. Todos los niveles debían ascender riachuelo arriba, sorteando con mayor o menor suerte las piedras, pero los Rojos, a parte de esto, deberían ir remontando margenes de tierra, giros comprometidos, y luego bajar lo más despacito hasta el pequeño río, para remontar riachuelo arriba hasta el siguiente paso que les obligara a variar el cauce natural. Al final de todo, un fuerte escalón pondría a prueba el fondo físico de los corredores, pues en el momento que más cansados estaban les quedaba quizá la parte más difícil, sendos escalones de piedra acabados en su parte más superior en margenes de tierra embarradas.
En esta sección, para la segunda vuelta hicieron varias modificaciones, evitar remontadas de márgenes en la ladera de bosquecillo, para suavizar así la sección.
Roger Terricabras, el más joven de la saga
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Las zonas 4 y 5, salimos ya del riachuelo, estaban hechas de piedras artificiales, colocadas en un descampado, cercano al tramo de Enduro que tiene cabida en el "Circuit Verd". Secciones ambas relativamente sencillas, de cero si el día hubiera acompañado, pero con las condiciones climátológiocas adversas todos tuvimos que afinar para no salir de estas dos zonas con una carga de puntos que nos pudieran repercutir en la clasificación final.
Llegábamos así a la difícil zona 6. ¿Os he dicho que había barro? Hasta media rueda, llegaba el barro, antes de entrar en zona. La dificultad en esta zona, para todas las categorias, se centraba en subir una rampa de tierra, y los rojos, debían subir igual pero con un giro a izquierdas realmente complicado. El paso de las motos, hacía que al quedarse un corredor en media rampa y acelerar para intentar sacar la moto, aunque fuera "remando", se complicaba más y más el paso al resto de corredores. Una vez arriba, deberían sortear un par de giros facilones, sin más handicap que llegar con aliento después de la rampa para afinar en sendos virajes.
Marc
Viladomiu era quinto en rojos
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Pablo
Robert
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Victoria para el colaborador de Todotrial Ismael Lobato
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La zona 7, una de las mas complicadas, sin duda. Estaba en un bosque de alzinares, donde la hoja seca se había mezclado con el agua, barro, pinaza, y había creado un elemento resbalizado propio, que dejaba con pocas posibilidades a todos los corredores de superar la sección a cero. Para rojos, todavia era algo más complicada, pues no solo tenian rampas que superar, sinó que además estas se tenían que superar realizando unos giros muy complicados, buscando en cada uno de ellos arrancar con la máxima tracción.
La zona 8, fué una zona bastante asequible, para todos los niveles. Al estar ubicada en un lugar de poca vegetación, pronto se marcó una rodera válida para todo los pilotos, en las diferentes categorias. Una zonita de rampas y giros muy divertida.
Este trial ponía punto final al Campeonato Open 2003, que ha vivido momentos muy interesantes y otros menos agradables, como suspensiones a media carrera, y anulación de permisos por medio ambiente. Esperemos que el año que viene todo salga un poquito mejor y las administraciones faciliten a la organización el montaje de las carreras, ya complicadas por sí mismas.
José
Ortiz
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Oscar
Martín
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El 29 de noviembre se realizará la tradicional cena de fin de fiesta y entrega de trofeos del Open. Será en el restaurante Atrium de Viladecans, situado concretamente en la Avenida Josep Tarradellas de Viladecans. La mejor manera de llegar es por la carretera C-32, tomando la salida de Viladecans, la 50. Será a las 21:30 horas y los precios para la cena son de 30 Euros los adultos y 18 los niños. Más información en www.zona-cero.com.
CLASIFICACIONES COMPLETAS | |
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